3 nov 2009

Cinco claves para cultivar la iniciativa


Louis Braille se quedó ciego cuando era niño, pero su deseo de aprender lo motivó a desarrollar un sistema para que los ciegos leyeran y escribieran. Braille se enteró que había un sistema de puntos y rallas en relieve que el ejército francés usaba para que los soldados se pudieran comunicar en la oscuridad. Y, tres años mas tarde, a la edad de 15 años, Braille presentó un sistema simplificado, a base de tan solo seis puntos, que ahora se usa en todas partes del mundo.
Según vas cumpliendo con tus necesidades, descubre lo que hace falta, y analiza cómo las nuevas situaciones te pueden ayudar a encontrar nuevas soluciones. No limites las posibilidades contentándote con la ineficiencia.
Por ello es muy importante que pongas mucha atención a las siguientes cinco claves para cultivar la iniciativa, aplicarlas en tu vida personal te garantiza el éxito integral.

I. Busca las necesidades
Una persona que tiene iniciativa comprende su entorno y da los pasos apropiados para mejorarlos. Si te mantienes atento mientras desempeñas tus responsabilidades, notarás los pequeños detalles que hay en cada proyecto. Con esta perspectiva, puedes descubrir necesidades y actuar apropiadamente al respecto. Entérate de lo que ocurre a tu alrededor de modo que puedas responder a las necesidades de toda clase que caen dentro de tu ámbito de competencias.

II. Aprovecha el momento
Si no aprovechas las oportunidades que se te presentan, tus sueños nunca se convertirán en realidad. ¡Solo tienes el presente para actuar! Como Benjamín Franklin dijo una vez: “Hoy vale dos mañanas”. No esperes que el barco llegue. Toma el bote que tienes y rema mientras puedas. Cuando veas algo que debieras de hacer, comienza hoy.

III. Haz que el equipo tenga éxito
La iniciativa te permite contribuir directamente al éxito del equipo. Cuando descubres necesidades no satisfechas, no asumas que otra persona se ocupara de ellas. Haz que tus jefes las noten o resuélvelas tú mismo. En el proceso, asegúrate de no descuidar tus responsabilidades ó interferir con las responsabilidades de otros. Reconoce lo que el equipo necesita, y hazlo.

IV. Adelántate
Aprende a reconocer los desafíos antes que se conviertan en problemas mayores. Examina a fondo los proyectos y acontecimientos. Este proceso te permite minimizar dificultades y prepararte para resolver problemas a medida que surgen. Las complicaciones vendrán, pero te has equipado para manejarlas examinando el proceso.

V. Usa el tiempo sensatamente


La manera como manejas el tiempo te colocará en posición para el éxito o el fracaso. Determina el orden de prioridades, y equilibra tu itinerario de modo que puedas hacer lo que necesitas hacer. Si descuidas el descanso o el recreo, experimentaras la misma improductividad que tendrías si desperdiciaras tu tiempo en actividades triviales.

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